2013/04/02

Comentario sobre la novela "La casa de los conejos" de la escritora Laura Alcoba



Después del texo “Las paredes” de la escritora Griselda Gambaro, y de ese sentimiento de opresión y angustia en un ambiente con tintes fantásticos y enloquecedores, “La casa de los conejos”, de una escritora igualmente argentina, nos demuestra la parte abrumadoramente real de una historia de opresión por parte del gobierno. Narrada desde la voz de una pequeña niña, esta historia con tintes autobiográficos de la autora nos muestra la tensa situación de los Montoneros, guerrilla comunista a la que pertenecen los padres de la pequeña niña, mientras se encuentran escondidos por ser perseguidos por el gobierno, ocultando sus identidades y su paradero para protegerse y proteger, por supuesto, a su pequeña hija.
                Además del impacto que ocasiona la opresión del gobierno hacia este grupo comunista, el que la historia sea contada desde la voz de una pequeña niña es todavía más desgarrador, pues nos muestra el proceso violento de maduración que tiene que vivir para adaptarse al ambiente clandestino en el que le ha tocado nacer. Ni si quiera ella misma tiene la libertad de utilizar su nombre real para acudir a la escuela, pues podría ser reconocida y revelar la identidad de sus padres, perseguidos por el gobierno. Las pláticas de los adultos hacen que la niña entienda el contexto en el que se encuentra y comience a familiarizarse con la situación, con las características y la jerga utilizada por esta organización.
                Existe una fuerte crítica por parte de la escritora al papel que llevó a cabo la entonces presidenta Isabel: “La lamentable actuación de Isabel acababa de concluir, al fin, en esa noche del 23 al 24 de marzo de 1976, cuando el helicóptero que debía conducir a la Residencia Presidencial de Olivos la había depositado en cambio en la prisión.” (pág. 74) En la novela se menciona cómo la presidenta no intentó oponer resistencia y que los militares no tuvieron que gastar si quiera una sola bala para apresarla. En contraparte, se puede notar la resistencia heroica del grupo Montoneros, pues aún en clandestinidad, se mantuvieron con vida, realizando la revista “Evita Montonera” y publicándola para informar a todos lo que estaba sucediendo. Parte de esta increíble resistencia también  puede interpretarse en ciertos elementos de la historia: “Seguro que mucho más difícil es matar un gato. Si ahora estuviéramos tratando de matar un gato, ya nos habría saltado a la cara con todas las uñas fuera.” (pág. 60) Pueden realizarse ciertas comparaciones, como la resistencia de un gato ante un ataque, igual que la resistencia de este grupo ante las agresiones del gobierno. Así mismo, los conejos, como elemento de la historia, pueden compararse también a la condición en la que se encontraban Laura y su familia, siendo presas de un sistema autoritario, escondiéndose hasta el último momento y al final cayendo en las garras de un depredador que siempre estuvo a su acecho.
                La historia puede ser tomada como documental, pues aunque la historia como tal es ficticia, los elementos y el ambiente que se vivió en aquel entonces en Argentina es completamente real. La escritora toma muy bien el lenguaje y la forma de pensar de una niña pequeña, pues envuelve al lector en ese mundo y lo hace reflexionar, poniéndose en los zapatos de cualquier niño que haya vivido esa tragedia. 

Inocencia - Foto: Daniel Anaya

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