En la época en la que Fray Servando escribe su
Apología, para la edad en la que lo hace (56 años) es considerado ya un
anciano. Él mismo menciona en su obra que sabe que está cerca su muerte. Así
mismo, menciona que ya conoce a todos sus adversarios y a todos aquellos que
estaban en su contra y que lo persiguieron, por lo que ya no tiene nada que
perder o que temer, así que, por estos dos factores, está siendo completamente
sincero en todo lo que describe dentro de su escrito. Desde este primer punto,
Fray Servando ya establece un contacto cercano con el lector y le brinda un
punto de confianza para ponerlo de su lado, pues además, su objetivo es que,
aunque sea tiempo después de su muerte, su imagen sea reivindicada y las acusaciones por las
que fue perseguido en el pasado sean reconsideradas a partir de la Apología que
está escribiendo y que da la explicación que nunca pudo dar públicamente porque
no le fue permitido.
Fray Servando ofrece una descripción detallada de lo que sucedió cuando en su discurso de Guadalupe explica que la aparición de Dios en el continente americano fue anterior a la llegada de Cristobal Colón. Además de la explicación detallada de los hechos, junto con las personas involucradas que le brindaron información a Fray Servando para que realizara su discurso, el lector poco a poco considera su punto de vista de acuerdo a lo que el autor expone y las acusaciones de las que fue víctima.
Todos estos elementos hacen que la Apología de Fray Servando sea un escrito personal y amable que sensibiliza al lector sobre la imagen del autor que fue tachada y repudiada principalmente por don Alfonso Núñez de Haro, quien lo persiguió por su sermón de Guadalupe. Al final, el propósito de Fray Servando de dar su versión de los hechos y excusarse sobre lo sucedido, hace que este recobre la confianza de los lectores y de la iglesia católica de una manera personal y razonada, como lo es la literatura, sin ser cuestionado, teniendo la completa atención a las palabras que pensó y plasmo en papel con total libertad.
Valle de Bravo - Foto: Daniel Anaya |
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