2013/04/05

Comentario de la novela "Los años falsos" de Josefina Vicens



Esta novela corta publicada en 1981 es una copia fiel del terrible escenario que se vive todavía en México en gran parte de su territorio y, sobre todo, en un ambiente tan turbio como lo es la política. Esta excelente novela es narrada desde la voz de un adolescente que es obligado a sustituir a su padre después de su muerte, en un ambiente machista, en donde la esposa es la encargada de solapar todas las groserías y maltratos psicológicos del padre y en donde este  es la figura de autoridad y quien tiene la última palabra en todo. Por si fuera poco, el difunto Luis Alfonso Fernández pertenecía a la política y tenía un papel muy destacado por ser el macho “manda más” de su grupo. El tener influencias poderosas, en la política y en muchos otros ámbitos de nuestro país, tristemente, es esencial para destacar, por lo que ahora Luis Alfonso, su hijo, tiene que involucrarse en este ambiente, soportar a sus amigos y comportarse de la misma manera machista y egoísta que lo hacía su padre.
                Un elemento que le da gran dinamismo y tensión a esta obra literaria es el juego con la sexualidad de Luis Alfonso, pues el lenguaje que utiliza destaca mucho de entre los demás personajes que aparecen en la obra y que usan un lenguaje más vulgar y cotidiano. Así mismo, se puede notar un toque femenino en las descripciones físicas que hace Luis Alfonso de su padre, un gusto hacia él, un enamoramiento obsesivo. Este rasgo en su sexualidad puede observarse desde el inicio de la novela: “Ahora comprendo que obedecía a un instinto oscuro, turbio, femenino, para provocar tus celos. Y lo lograba” (pág. 3) Este hecho hace que el lector, y más aún un lector mexicano que conoce el ambiente y la forma de pensar tan característica del norte del país, se impacte ante el panorama tan complicado y confuso que tiene por delante el personaje principal al luchar contra sus sentimientos de amor hacia su padre y los secretos que va descubriendo poco a poco conforme la historia transcurre. Algunos de estos secretos le hacen ver a Luis Alfonso que su padre era una persona a la que no le importaba tampoco él, aunque así lo manifestase algunas veces. Los amigos de su padre le otorgan al personaje principal el lugar que este tenía por recordarlo y honrar su amistad, pero Luis Alfonso pronto descubre que es un mundo lleno de mentiras, conveniencias, traiciones e hipocresía.
                Conforme transcurre la historia, Luis Alfonso va acercándose más a su objetivo de conocer a fondo a su padre, hasta llegar a acostarse con su propia ex-amante únicamente para saber los secretos más profundos y personales de su vida. Hablando una vez más sobre la sexualidad del personaje principal, recordemos también que este tiene dos novias al mismo tiempo para que su padre estuviera orgulloso de su “masculinidad” y que fue capaz de terminar la relación con ellas mencionando abiertamente que, por supuesto, no le importaban: “Las dos novias que tenía yo entonces (únicamente para darte gusto y para que pudieras decir a tus amigos: "¿lo ven tan escuincle? pues es un tipazo, tiene una suerte bárbara con las chamacas...") se desvivían por consolarme. Yo las traté con tanta indiferencia que ni siquiera pudieron darse cuenta de mi engaño. A los pocos días terminé con ellas. ¿Qué objeto tenían ya?” (pág. 7)
         

“Aquella vez que el maestro nos llevó de excursión y que pasamos la noche en el campo, yo me acosté al lado de Manuel, y cuando se quedó dormido le besé levemente la boca.” (pág. 17) Esta frase es tal vez el elemento más específico que el lector cuenta para poder inferir que el personaje principal no es heterosexual y que esta cualidad es a su vez uno de los elementos más importantes de la novela en su totalidad, pues influye en la actitud, forma de pensar, de comportarse y de hablar del personaje principal. Juega un papel importantísimo en su percepción del ambiente en el que está viviendo, de la figura de autoridad que era su padre, de su relación turbia que lleva con su madre y hermanas y de la frustración que significa tener que sustituir a “toda esa figura” que era su padre
Al final de la obra, Luis Alfonso cumple completamente con el ciclo de sustitución de su padre y logra además superar la confusión de amor y odio que le tenía, reconociendo que son dos personas completamente distintas y que él no tiene por qué seguir siendo la figura de su padre. Desde ese momento, después de haber sufrido y atravesado todo aquel terrible proceso, decide que su padre está muerto y que ya no existe más, y tampoco va a complacer a nadie para que su esencia siga presente. Desde ese momento se independiza y comienza realmente a tener su propia identidad, su propio sentido de vida.

La muerte - Foto: Daniel Anaya

Comentario del cuento: "No oyes ladrar los perros" del escritor mexicano Juan Rulfo




En este cuento de Juan Rulfo se  puede observar claramente el lenguaje utilizado en muchas regiones de México, un lenguaje sencillo y con frases como: “No tenías llenadero.” El cuento tiene muchos simbolismos, como la luna, que puede significar tanto una luz en el camino, una luz al final del túnel, como también una compañía para el padre de Ignacio, y podría también significar el amor que siente el padre por su hijo.
                Conforme transcurre la narración, el padre de Ignacio, que es el único de los dos que habla, brinda elementos al lector para que comprenda poco a poco el contexto de la historia y lo que está sucediendo, lo cuál hace que se mantenga el interés y las preguntas sobre lo que sucederá hasta de inicio a fin. Este personaje comienza a regañar a su hijo, que está siendo cargado, malherido, transportado hacia Tonaya para que lo curen; le dice que lo único que ha hecho es hacer pasar penas a sus padres, que ya ni si quiera lo quiere como su hijo, que lo que hace para salvarlo lo hace por su madre, no por él. También comenta que una fuente de mucha confianza, el padrino de Ignacio, le dijo a su padre que él cometía actos vandálicos con sus amigos, lo cuál había deshonrado el nombre de su familia. Con estos elementos el lector puede formarse un juicio y establecer ciertas conclusiones que, al final de la obra, pueden quedarse como simples aseveraciones personales, porque esas preguntas no son respondidas de manera directa, sino que existen diferentes finales según el gusto e interpretación de cada lector.
                El ambiente en el que sucede la historia, un desierto de noche, además de un anciano cargando sin ayuda a su hijo moribundo, hacen que la narración se llene de elementos trágicos y de alto contenido sentimental, haciendo que el lector se envuelva de ese sentimiento de preocupación y entre en empatía con los personajes y la historia.
                Todos los elementos juntos, el lenguaje que utiliza el anciano, la historia que cuenta indirectamente, el contexto vandálico del joven y los elementos físicos dentro de la historia hacen que el lector pueda identificar el ambiente en alguna región rural de México y sepa exactamente qué es lo que está describiendo el escritor, lo cual brinda a la narración mucho realismo y verosimilitud.  

Foto: Daniel Anaya

2013/04/02

Comentario sobre la novela "La casa de los conejos" de la escritora Laura Alcoba



Después del texo “Las paredes” de la escritora Griselda Gambaro, y de ese sentimiento de opresión y angustia en un ambiente con tintes fantásticos y enloquecedores, “La casa de los conejos”, de una escritora igualmente argentina, nos demuestra la parte abrumadoramente real de una historia de opresión por parte del gobierno. Narrada desde la voz de una pequeña niña, esta historia con tintes autobiográficos de la autora nos muestra la tensa situación de los Montoneros, guerrilla comunista a la que pertenecen los padres de la pequeña niña, mientras se encuentran escondidos por ser perseguidos por el gobierno, ocultando sus identidades y su paradero para protegerse y proteger, por supuesto, a su pequeña hija.
                Además del impacto que ocasiona la opresión del gobierno hacia este grupo comunista, el que la historia sea contada desde la voz de una pequeña niña es todavía más desgarrador, pues nos muestra el proceso violento de maduración que tiene que vivir para adaptarse al ambiente clandestino en el que le ha tocado nacer. Ni si quiera ella misma tiene la libertad de utilizar su nombre real para acudir a la escuela, pues podría ser reconocida y revelar la identidad de sus padres, perseguidos por el gobierno. Las pláticas de los adultos hacen que la niña entienda el contexto en el que se encuentra y comience a familiarizarse con la situación, con las características y la jerga utilizada por esta organización.
                Existe una fuerte crítica por parte de la escritora al papel que llevó a cabo la entonces presidenta Isabel: “La lamentable actuación de Isabel acababa de concluir, al fin, en esa noche del 23 al 24 de marzo de 1976, cuando el helicóptero que debía conducir a la Residencia Presidencial de Olivos la había depositado en cambio en la prisión.” (pág. 74) En la novela se menciona cómo la presidenta no intentó oponer resistencia y que los militares no tuvieron que gastar si quiera una sola bala para apresarla. En contraparte, se puede notar la resistencia heroica del grupo Montoneros, pues aún en clandestinidad, se mantuvieron con vida, realizando la revista “Evita Montonera” y publicándola para informar a todos lo que estaba sucediendo. Parte de esta increíble resistencia también  puede interpretarse en ciertos elementos de la historia: “Seguro que mucho más difícil es matar un gato. Si ahora estuviéramos tratando de matar un gato, ya nos habría saltado a la cara con todas las uñas fuera.” (pág. 60) Pueden realizarse ciertas comparaciones, como la resistencia de un gato ante un ataque, igual que la resistencia de este grupo ante las agresiones del gobierno. Así mismo, los conejos, como elemento de la historia, pueden compararse también a la condición en la que se encontraban Laura y su familia, siendo presas de un sistema autoritario, escondiéndose hasta el último momento y al final cayendo en las garras de un depredador que siempre estuvo a su acecho.
                La historia puede ser tomada como documental, pues aunque la historia como tal es ficticia, los elementos y el ambiente que se vivió en aquel entonces en Argentina es completamente real. La escritora toma muy bien el lenguaje y la forma de pensar de una niña pequeña, pues envuelve al lector en ese mundo y lo hace reflexionar, poniéndose en los zapatos de cualquier niño que haya vivido esa tragedia. 

Inocencia - Foto: Daniel Anaya